jueves, 16 de enero de 2020


ENSEÑAR A UN NIÑO DE PREESCOLAR SOBRE LA EDUCACIÓN SEXUAL

En la edad preescolar los niños y las niñas aprenden mucho, mucho, sobre su cuerpo: las partes, sus nombres, qué sensaciones les transmiten... No hay diferencias de género: todos hacen y todos quieren explorar.

Entre los 3 y los 5 años su curiosidad va en aumento y aparte de tocarse ellos mismos pueden mostrar interés en los genitales de otros niños (y en tocarlos), en saber cómo se fabrican los bebés, etc.

Los afectos, las emociones y el desarrollo sexual van de la mano, son aspectos inseparables en estas edades tempranas. De hecho, su aprendizaje al respecto se inicia desde el minuto uno, cuando de bebés los abrazamos, les besamos y les expresamos afecto (y ellos a nosotros).

Con base en al modelo que haya en la familia los niños construirán su idea de qué es aceptable y qué no, qué es positivo o negativo, qué es y cómo se expresa el afecto y cómo nos relacionamos los seres humanos, tanto a nivel físico como emocional, de ahí que se contemple como Educación afectivo-sexual, incluyendo los dos aspectos.

La educación sexual ha de producirse de manera natural en el día a día, con cotidianidad.

También a través del juego podemos abordar ciertos aspectos ya que supone una vía estupenda por la que los peques adquieren información. Por ejemplo: podemos coger un muñeco cada uno y representar una escena con ellos relacionada con el tema que queramos tratar con el pequeño.


Los estudios demuestran que una normalización de la sexualidad, y una buena información al respecto, favorece una mejor autoestima en el niño y una actitud positiva hacia su sexualidad, lo que implica seguridad, sentirse bien consigo mismo, disfrutar de sus emociones y sensaciones.

Responde siempre a sus preguntas y establece un marco de confianza. Si evitas el tema o te niegas a hablar de ello transmitimos el mensaje de que el sexo es malo o tabú. No le mientas. Si no queremos que nos mientan... no les mintamos nosotros.

No utilizar eufemismos. Las cosas tienen un nombre, así que inventar nombres o usar eufemismos, por ejemplo, para nombrar los genitales (esto es muy habitual), les puede llevar a pensar que el nombre real tiene algo de malo... y no lo tiene, así que usa la palabra precisa para designar cada cosa, no pasa nada. Recuerda que lo ideal es mantener una postura abierta a responder dudas, y sobre todo enseñar el respeto al cuerpo de los demás. 
Desde pequeños es importante enseñar que las partes privadas no se tocaran sin el consentimiento de la otra persona, todo lleva un respeto. Y que es importante que digan que NO, y a su vez el NO lo respeten.

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