ENSEÑAR A UN NIÑO DE PREESCOLAR SOBRE LA EDUCACIÓN SEXUAL
En la edad preescolar los niños y las niñas aprenden
mucho, mucho, sobre su cuerpo: las partes, sus nombres, qué sensaciones les
transmiten... No hay diferencias de género: todos hacen y todos quieren
explorar.
Entre los 3 y los 5 años su curiosidad va en aumento y
aparte de tocarse ellos mismos pueden mostrar interés en los genitales de otros
niños (y en tocarlos), en saber cómo se fabrican los bebés, etc.
Los afectos, las emociones y el desarrollo sexual van de la
mano, son aspectos inseparables en estas edades tempranas. De hecho,
su aprendizaje al respecto se inicia desde el minuto uno, cuando de
bebés los abrazamos, les besamos y les expresamos afecto (y ellos a
nosotros).
Con base en al modelo que haya en la familia los niños
construirán su idea de qué es aceptable y qué no, qué es positivo o negativo,
qué es y cómo se expresa el afecto y cómo nos relacionamos los seres
humanos, tanto a nivel físico como emocional, de ahí que se contemple como
Educación afectivo-sexual, incluyendo los dos aspectos.
La educación sexual ha de producirse de manera natural en el
día a día, con cotidianidad.
También a
través del juego podemos abordar ciertos aspectos ya que supone una vía
estupenda por la que los peques adquieren información. Por ejemplo: podemos
coger un muñeco cada uno y representar una escena con ellos
relacionada con el tema que queramos tratar con el pequeño.
Los estudios demuestran que una normalización de la
sexualidad, y una buena información al respecto, favorece una mejor autoestima
en el niño y una actitud positiva hacia su sexualidad, lo que implica
seguridad, sentirse bien consigo mismo, disfrutar de sus emociones y
sensaciones.
Responde siempre a sus preguntas y establece un marco de
confianza. Si evitas el tema o te niegas a hablar de ello transmitimos el
mensaje de que el sexo es malo o tabú. No le mientas. Si no queremos que nos
mientan... no les mintamos nosotros.
No utilizar eufemismos. Las cosas tienen un nombre, así que inventar
nombres o usar eufemismos, por ejemplo, para nombrar los genitales (esto es muy
habitual), les puede llevar a pensar que el nombre real tiene algo de malo... y
no lo tiene, así que usa la palabra precisa para designar cada cosa,
no pasa nada. Recuerda que lo ideal es mantener una postura abierta a responder
dudas, y sobre todo enseñar el respeto al cuerpo de los demás.
Desde pequeños
es importante enseñar que las partes privadas no se tocaran sin el
consentimiento de la otra persona, todo lleva un respeto. Y que es importante
que digan que NO, y a su vez el NO lo respeten.
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